Uno de los temas que no me había estudiado para la entrevista era la repercusión que había tenido la empresa en los últimos trimestres en el mercado de valores. Había salido apenas un par de días antes, por lo que un ligero vistazo debería ser suficiente.
En realidad, manejaba los datos de la empresa a la perfección desde que la misma salió a bolsa, por lo que me podría defender perfectamente ante cualquier pregunta.
Otro de los aspectos que llevaba al dedillo era todo lo relacionado con los números que presentaron al final del curso del pasado año fiscal. Así que eso, tampoco me preocupaba.
También llevaba muy preparada mi idea de proyecto a largo plazo, recomendando un giro de timón que estoy convencido que dará un gran salto en la imagen y en el posicionamiento de la empresa en el mercacional nacional e internacional.
Es verdad que había un montón de variantes a las que no tenía muy claro cómo responder, pero sin duda la que más me preocupaba era la de que mi padre estuviese presente en la entrevista.
Muy bien.
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