No me quiero imaginar cómo estará el paciente sabiendo que la prisa le lleva por el sendero equivocado. Sin tiempo para reflexionar. Si su esencia. Sin poder parar el tiempo y volver atrás. Sin la decisión adecuada.
No me quiero imaginar cómo estará la prisa, sobreviviendo a las trabas que le ofrece el camino. Dejandose cada esfuerzo por arañar un segundo más cada vez. Sin que nada importe más que la estela que deja a su paso.
Tanta la paciencia. Tantas las prisas.
No me quiero imaginar nada de eso, y sin embargo, no puedo evitar que por mi cabeza vengan una y otra vez los pensamientos a visitarme. Mezclas que no mezclan. Sé que no tiene sentido y aún así la única certeza que me queda es que en tu paciencia es donde quiero pasar el resto de mis prisas.