Nadie dijo que fuera fácil estar casado con alguien tan diferente. Con tantas cosas buenas como malas. Con tantos extremos tan distintos. Alguien tan reflexivo que necesita dar mil vueltas a todo. Tan inseguro y a la vez tan fuerte. Tan débil y a la vez tan decidido. Alguien capaz de cambiar de parecer. Capaz de defender lo que no le parece a pesar de todas las cosas. Alguien con tanta facilidad de palabra y que de vez en cuando regala sus silencios como agravios. Que se enfada como un niño. Que te abraza como un oso. Alguien tan volátil y tan sereno. Con las ideas tan claras que solo se permite dudar. Tan arriba, tan abajo. Alguien que saca una sonrisa cuando hace falta. Alguien que habla, alguien que escucha. Que reconoce el fallo y que acepta el de enfrente. Alguien tan monótono que te sorprende cuando menos te lo esperas. Alguien que te escriba para decirte que, después de tantos años, quiere seguir viajando a tu lado.
Nadie dijo que fuera fácil estar casado
