Quiere seguir viajando a tu lado a pesar de que no le quieras dejar el hueco que siempre había tenido en tu vida. Aun así, es tan agradecida que ni el mayor de tus desprecios va a derribar su voluntad.
Es lo bueno que tienen las almas incansables. Las que no entienden otra cosa que no sea cumplir con su cometido. Tú puedes seguir negándote. Incluso puedes esforzarte al máximo por aumentar la distancia con ella.
Te va a dar igual.
Aunque haya veces que pueda parecer que has ganado la batalla, seguirás estando equivocado.
Así son los sentimientos.
No entienden de esperas, ni de negación, ni tan siquiera de distancia. Existen para enseñarnos lo que somos y, por mucho que nos esforcemos, siempre muestran el reflejo de lo que sentimos.
¿Lo notas?
A mí hoy me ha tocado felicidad.
Sánchez Cubillo 