Aquellos años fueron los mejores de mi vida. Todo pasaba. Cada día era una celebración de vida mejor que el anterior. Miraba a mi familia con la perspectiva de unos ojos que pedían guerra. Unos ojos inexpertos que querían devorar los segundos a su máxima expresión. Los amigos eran una prolongación de tu cuerpo tan necesaria como respirar. Se hacía de todo y de nada al mismo tiempo. Todo era importante a pesar de que nada tenía importancia.
Aquellos años fueron los que me dejaron las historias que me fueron persiguiendo a lo largo de mi vida. Los que me formaron el carácter y me hicieron ser quien soy. Los que me crearon y los que me definen. Tantas sensaciones que se han ido borrando de una memoria que, día a día, pelea para no olvidarse de mi nombre.
Tienes material para haber hecho un relato más extenso y bien estructurado. Es solo una opinión
Me gustaMe gusta
Se agradece, un saludo
Me gustaMe gusta