Esta vez, para siempre era la respuesta menos apropiada, pero, aún así, Olivia no supo expresarse de mejor manera.
Mateo se había dedicado en cuerpo y alma a encandilar a una Olivia, que o bien por falta de interés o quizá por estrategia, había dejado a Mateo en un evidente segundo plano para, poco a poco, ir logrando su plena atención.
Mateo, por su parte, intentaba demostrar su interés sin que este pareciese desmesurado. Alternaba las miradas con Olivia con distintas actividades. Intentar alimentar a las hormigas, jugar con la pelota con el grupo que estaba donde los columpios, lanzar arena al aire para intentar evitar que esta le rociase, y su favorita, perseguir a sus compañeras para intentar tirar de sus faldas.
Así fue como llegó la respuesta de Olivia, mezclando los sentimientos que los celos le provocaba en su primera historia de amor.