Su primera historia de amor verdadero no tuvo como protagonista a ningún príncipe ni a ninguna princesa. En ella no salían animales, ni enanitos. Tampoco la componían las páginas que llenaban su cabeza de aventuras, en donde el personaje principal siempre encontraba el amor. No estaba escrita en ningún guión, ni formaba parte de ninguna letra de canción de la época.
Su primera historia de amor verdadera tenía como protagonista el azul del cielo y el blanco de las nubes que acompañaban en una perfecta combinación de colores. El verde también era protagonista directo. El verde de un césped inmaculado en el que tantas alegrías y más penas compartieron.
Una historia de amor que se fue apagando con el tiempo.
De ella fue aprendiendo lo bueno y lo malo de la vida. A querer sin importar el cómo. A odiar, sin preguntarse por qué. A perseguir una bandera a lo largo y ancho de la geografía. Y a tener sus esperanzas puestas en que la pelota entrase en la portería adecuada.
Solo el tiempo le demostró que el fútbol solo era otra cosa más de la vida a la que no había que darle tanta importancia.
Hola Sánchez Cubillo. El relato me gustó mucho. Lo comparto en Twitter. Un abrazo 🐾
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Muchas gracias
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Buen microrrelato, creo que tienes talento.
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Muchas gracias
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