Algún día, será mi mujer. Yo no pienso ser su hombre, que estas cosas me ponen del nervio. Tanto posesivo y tanta leche. Tendemos a materializar las cosas más puras. Qué pérdida de tiempo. Lo que habría que hacer es dejar que las pocas cosas bellas que nos quedan en este mundo puedan ser libres. Que se encargue el viento de transportarlas por el mundo. Que las esparza por todas partes, para que todo el mundo pueda disfrutar de ellas. Así es como la veo yo. Como un tesoro al que, a pesar de que quiero tenerlo junto a mí, no me importaría compartir con el resto de la humanidad. Un ejemplo de lo fácil que es la vida, por muy complicadas que vengan las circunstancias. Porque ella, algún día será mujer, y yo también lo seré para ella. Sí, sí, dos mujeres. Quien quiera seguir mirando raro que lo haga, yo seguiré disfrutando de la vida.
Algún día, será mi mujer
