Seguiré disfrutando de la vida porque, por suerte, la vida sigue. Supongo que va en mi condición de optimista empedernido. Puestos a gastar mis fuerzas en algo, mejor que merezca la pena. Se nos escapan los días y muchas veces no somos capaces de comprender qué es lo que hemos hecho con ellos. Nunca más. Así fue un día de otoño. Una promesa que llevo guardada en mi corazón. Si quiere derrotarme, tendrá que poner empeño. Pienso dejarme la piel, mientras que ésta sujete mis huesos. Y no es porque mañana vuelva a salir el sol, que también. Es porque así lo quiero yo. Así lo he decidido. Ponle el nombre que quieras a esa puta enfermedad, que mientras la voluntad esté de nuestro lado, como diría aquel, nos sobran los motivos.
Seguiré disfrutando de la vida
