El camino a seguir es lo que me llevo imaginando tanto tiempo, que cuando me quise dar cuenta, había recorrido la mitad sin percatarme de que la línea recta no existe. Y menos mal.. Que lo maravilloso de las curvas es la alegría que le da a esto de conducir. Solo espero que no sea demasiado tarde. Que uno ya no sabe si está de ida o de vuelta. Hasta yo tengo ganas de saber hasta donde llego con esto. Así que, abróchense el cinturón…
El camino a seguir
