Mañana será demasiado tarde para hacer lo que ayer me pedía el cuerpo. Y no por viejo, sino por diablo, ya que a uno le entran los años por las venas para quitarle las ganas de hacer el niño un rato más. Por eso me prometo cada día un rato para volar a cuando nada importaba. A cuando hacía y deshacía sin las preocupaciones que se van adquiriendo con el paso de los inviernos. Sigo prometiéndome volver a esas sensaciones, con la esperanza de que algún día lo consiga.
Mañana será demasiado tarde

Lo conseguiras
Me gustaMe gusta